Pedro el Grande gobernaba desde un palacio lleno de algunas de las más exquisitas obras de arte producidas en el mundo de ese tiempo. Sin embargo, cuando meditaba en el amanecer, se preguntaba cómo era posible que los hombres fueran tan tontos que no se levantaran todas las mañanas para contemplar una de las escenas más gloriosas del universo.
"Se deleitan", dijo, "mirando un cuadro, el trabajo insignificante de un mortal, y a la vez descuidan uno pintado por la mano de la Deidad misma. Por mi parte, voy a hacer que mi vida sea lo más larga que pueda, y por eso voy a dormir lo menos posible".
Las observaciones de Pedro el Grande nos dicen algo sobre su enfoque general de la vida. No solo reconocía la verdadera belleza cuando la observaba, sino que creía que levantarse temprano cada día, a fin de empaparse de la belleza de la maravillosa obra de arte de Dios, en realidad le agregaba días a su vida.
Ese concepto no es tan inverosímil si consideramos lo que nos han dicho los psicólogos en cuanto a liberar el estrés. ¡Tú puedes aliviar el estrés si te levantas temprano por la mañana y pasas algún tiempo de quietud disfrutando al amanecer!
El famoso comerciante de Chicago, John Cooper Smith, sentía que observar la salida del sol era un regalo tan importante para su vida, que en realidad lo mencionó en su testamento. Le dejó a su esposa una herencia de cincuenta mil dólares, y luego hizo el siguiente legado a sus otros parientes:
"Al resto de mis parientes les dejo la luz del sol, las aves y las abejas, allí donde puedan encontrar las antes mencionadas luz del sol, aves y abejas. La mayor exhibición de arte que jamás puedan ver abre cada día al amanecer. Y maravillosa por igual, esta exhibición es siempre gratuita para los que la ven".
¿Qué tiempo hace que te levantaste temprano para ver salir el sol? ¡Este gran despliegue de la creatividad de Dios puede encender los dones creativos que Él ha colocado en ti e inspirarte para usarlos durante el día!
Isaías 40:28
¿Acaso no lo sabes? ¿Acaso no te has enterado?
El Señor es el Dios eterno, creador de los confines de la tierra.
No se cansa ni se fatiga.
Fuente: Desayuno con Dios, Editorial UNILIT
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